¿Tienes las paredes del salón vacías y un poco aburridas? Hay muchas ideas para decorar las paredes del salón y dar un cambio de imagen radical al corazón de la casa. Lejos de resultarte apática o carente de personalidad, una pared bien decorada cambiará totalmente el estilo decorativo de tu hogar. Despídete de esas paredes blancas que no te dicen nada.
Decorar paredes del salón: Tips e ideas
El salón es una de las estancias más importantes de la casa. Al tratarse de la habitación más amplia, tenemos más posibilidades para decorar y a veces se puede quedar un espacio algo muerto.
Proporciona a la pared del salón el protagonismo que se merece con estos consejos decorativos:
- Baldas: Una balda es la excusa perfecta para colocar aquello que más nos gusta. La última moda consiste en colocar cuadros o láminas fotográficas, con marcos estrechos y todos ellos con la misma paleta cromática. Pero también podemos colocar muchos otros objetos decorativos: velas, jarrones, figuras… Si la pared que quieres destacar es en la que tienes colocado el sofá, puedes poner una balda que sea del mismo largo del sofá. Así aportas armonía.
- Composición de cuadros o fotografías: Si en la pared hay un gran espacio desnudo puedes compensarlo con un mural de cuadros o fotografías que, en conjunto, generen un bonito impacto visual. Imagina que tu salón está decorado con textiles en blancos y negros; si pones una de las paredes con cuadros B/N el efecto será sensacional.
- Un cuadro impactante: Otra recomendación es decorar la pared del salón con un gran cuadro. Aunque es un recurso más simple, no deja de ser bueno. Puede que el cuadro te resulte caro en un principio, pero si has tenido un flechazo con él, valdrá la pena.
- Un espejo: Por último, si el hueco disponible en la pared del salón no es muy grande y quieres ganar espacio, instala un espejo. Este es un truco de sobra conocido por los decoradores e interioristas. ¡sigamos su ejemplo!
Cómo decorar las paredes del salón: Otras ideas
Además de las ideas que te hemos mencionado te recomendamos otros recursos para decorar las paredes del salón. En esta ocasión nos centramos directamente en las paredes, lo que es una buena opción cuando aún no hemos comenzado a remodelar o reformar la casa, ya que de lo contrario te resultará más complicado.
Decorar la pared con papel pintado
El papel pintado es un recurso cada vez más empleado en la decoración interior. Hay que saber elegirlo para no sobrecargar la estancia, ya que un papel pintado con un estampado demasiado destacado puede quitar protagonismo a los muebles del salón. Pero uno discreto y bien combinado con el resto de elementos podría encajar con nuestro estilismo.
Una pared del salón de un color
Lo primero a lo que tendemos es pintar la pared de manera homogénea y aplicando el mismo color de arriba abajo. Sin embargo, hay diversas técnicas en el mundo de la pintura. Una muy frecuente es la de pintar un frontal de la pared de un tono y el resto de otro tono más claro u oscuro que el primero. De esta manera, logramos diferenciar una parte de la pared del salón. Normalmente es la que tenemos frente a la puerta, pero también puede ser aquella en la que se apoyen los sofás o la pared que hay tras el mueble de la televisión.
Un poco de revestimiento
Otro recurso que suele ser muy empleado para vestir las paredes del salón o de otras partes de la casa es el revestimiento. Esta alternativa, además, tiene una función muy interesante, y es que protege la pared de posibles roces o manchas. Podemos emplear diversos materiales para el revestimiento: ladrillo, piedra, madera o láminas especialmente diseñadas para tapar paredes e imitar estos materiales.
Pintar las paredes del salón con una estrategia decorativa
Cuando vamos a pintar la pared de casa para cambiar de color hay muchas alternativas. Al igual que podemos optar por dejar de un color la pared que más queremos destacar y de otro color el resto, disponemos de otras ideas. Una de ellas es el efecto degradado.
Para decorar la pared del salón con el efecto degradado es importante escoger dos o más colores, además del blanco. Se trata de aplicar el color de mayor intensidad en la parte inferior de la pared e ir aclarando la pintura conforme vamos subiendo, de manera que la parte superior quede completamente blanca. Hay que tener un poco de arte para aplicar esta técnica de pintura, pero no es imposible.
